"Y cuando llegue el día del último viaje
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo, ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar"
(Retrato)
"Ligero de equipaje, casi desnudo, como los hijos de la mar" murió Antonio Machado en Colliure, una pequeña población marítima francesa, a pocos kilómetros de la frontera española, a las cuatro de la tarde del 22 de febrero de 1939.
Su fiel hermano José Machado da cuenta así de los últimos días del poeta, en carta al filólogo español Tomás Navarro Tomás:
"A los veinticuatro días de llegar a este pueblo ocurrió la desgracia. El 28 de enero llegamos y el 22 de febrero moría. Yo, que nunca quise dar entrada a la idea de su muerte, no esperaba tan triste desenlace .Claro que ahora comprendo que el cariño entrañable que le profesaba me impedía ver la terrible realidad.
Realmente venía herido de muerte del fatal éxodo, que los demás logramos sobrellevar a duras penas. Su grandeza espiritual se sobrepuso a tantas fatigas - espirituales y corporales -, con la resignación de un verdadero santo. Todo lo soportó con resignación ejemplar.
En sus últimos días, dos veces salió a ver conmigo el mar que tanto anhelaba. La última, sentados en una barca de la playa me dijo: ¡Qué bien quedarse aquí, en la casita de algún pescador y ver desde una ventana el mar, ya sin más preocupaciones que trabajar en el arte!
Al día siguiente sábado empezó a sentir una gran angustia del corazón. Al llegar el Miércoles de Ceniza cinco días después amaneció mortal. Sus últimas horas fueron completamente tranquilas. A las cuatro de la tarde de este día murió.
Su cabeza se mantuvo firme hasta pocas horas antes de su fin, que perdido ya el conocimiento se nos fue para siempre. En su gran bondad, antes de las últimas horas procuró ocultarnos una gravedad de la que seguramente se daba cuenta. Creo que en pocas personas se habrán igualado la bondad y el talento como en mi pobre hermano".
Al día siguiente, cuando regresaba el cortejo fúnebre del humilde cementerio de Colliure, José Machado encontró en un bolsillo del gabán viejo y raído que el poeta usaba, las últimas palabras que escribió en su vida:
"Estos cielos azules y este sol de la infancia...."
Cielo y Sol de Sevilla
"Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla/y un huerto claro, donde madura el limonero".
En la Calle de las Dueñas de Sevilla está el palacio veraniego de los Duques de Alba. En una vivienda de ese palacio nació Antonio Machado el 26 de julio de 1875. Era el segundo hijo del matrimonio de Antonio Machado Alvarez y Ana Ruiz. El primero fue Manuel, otro gran poeta ,que perteneció a la corriente modernista de la Generación del 98. Después llegaron José, Joaquín y Francisco.
Antonio Machado Alvarez fue un intelectual de sólida formación, precursor de los estudios serios sobre la tradición folclórica española. Su obra ha sido ahora reeditada en España y su valor como investigador ampliamente reconocido. Así lo describe su hijo Antonio:
"Esta luz de Sevilla... Es el palacio
donde nací, con su rumor de fuente
Mi padre en el despacho - la alta frente,
la breve mosca y el bigote lacio.
En su nota autobiográfica de 1917 dice Machado: "Mis recuerdos de la ciudad natal son todos infantiles, porque a los ocho años pasé a Madrid, donde mis padres se trasladaron y me eduqué en el Instituto Libre de Enseñanza. Mi adolescencia y mi juventud son madrileñas".
La familia se instaló en Madrid en un piso de la Calle Claudio Coello, esquina a Villanueva. En el Instituto Libre de Enseñanza les impartieron a los hermanos Machado la formación que fue característica de los alumnos de Don Francisco Giner de los Ríos. Afable y sabio, decía a sus alumnos: "La vida, hijos míos, no es buena ni es mala. La vida es seria".
El gran amor a la naturaleza , visible y fundamental en la poesía de Antonio Machado, lo adquirió sin duda en las excursiones semanales a la sierra de Guadarrama, que hacían los alumnos en compañía del rector y los profesores del Instituto. A ellos guardó siempre vivo afecto y profunda gratitud.
Cuando Don Francisco Giner de los Ríos murió en 1915, Machado escribió su elegía luminosa, perdurable y profunda:
Como se fue el maestro
la luz de esta mañana me dijo:
Van tres días
que mi hermano Francisco no trabaja.
¿murió? Sólo sabemos
que se nos fue por una senda clara
diciéndonos: Hacedme
un duelo de labores y esperanzas.
Sed buenos y no más. Sed lo que sido
entre vosotros: alma.
Y hacia otra luz más pura
partió el hermano de la luz del alba,
del sol de los talleres,
el viejo alegre de la vida santa.
¡Oh, sí! Llevad amigos
su cuerpo a la montaña,
a los azules montes
del ancho Guadarrama.
Allí hay barrancos hondos
de pinos verdes, donde el viento canta.
Su corazón repose
bajo una encina casta
en tierra de tomillos, donde juegan
mariposas doradas.
Allí el maestro un día
soñaba un nuevo florecer de España.
Ese nuevo florecer de España era la meta ideal del movimiento ideológico que surgió en la Península a fines del siglo XIX, motivado principalmente por la pérdida de las colonias. Defendía una urgente renovación de la vida política española y fue el ideal de los extraordinarios representantes de la literatura y la filosofía que pasaron a la historia como la Generación de 1898.
El poema "A una España joven" escrito por Machado en 1914, refleja con claridad el sentimiento de descontento y los deseos de renovación de esa generación extraordinaria:
Fue un tiempo de mentira, de infamia. A España toda
la malherida España de carnaval vestida,
nos la pusieron pobre y escuálida y beoda
para que no acertara la mano con la herida...
Es un poema pesimista y amargo, pleno de aquel gran dolor de amor que Antonio Machado sintió siempre por España. Su patria fue su más grande preocupación aun desde su juventud madrileña.de bohemia y teatro, compartida con su hermano Manuel. Sólo un año de diferencia los separaba (Manuel nació en agosto de 1874) y estuvieron desde la infancia, estrechamente unidos.
Los separó la guerra civil. Manuel apoyó el levantamiento del General Francisco Franco. Antonio era fiel a la República. Cuando Antonio murió, su ataúd fue llevado al cementerio de Colliure en hombros de milicianos españoles, cubierto con la bandera roja, amarilla y morada de los republicanos. Pero los nombres de los dos hermanos están unidos para siempre, en la palabra poética que compartían, en las numerosas obras de teatro que escribieron juntos. Vivieron fraternalmente unidos para soñar, trabajar y escribir. Cuando la timidez innata de Antonio le impedía decir sus versos en público, Manuel dejaba oír su voz alta, segura y sonora, que prestaba a las palabras de su hermano sonoridades nuevas. Antonio Machado lo reconoce así en su poema "Retrato", tantas veces citado:
¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera
mi verso como deja el capitán su espada,
famosa por la mano viril que la blandiera,
no por el docto oficio del forjador preciada.
Manuel y Antonio Machado viajaron juntos a París, donde trabajaron como traductores en varias editoriales. Conocieron a Rubén Darío y vivieron la gloriosa bohemia literaria de aquel fin de siglo legendario. Enrique Gómez Carrillo consiguió para Antonio un modesto cargo en la Embajada de Guatemala. Porque Antonio Machado vivió siempre de su trabajo:
"Y al cabo, nada os debo. Me debéis cuanto escribo.
A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habito,
el pan que me alimenta y el lecho donde yago".
Los dos hermanos regresaron pronto a España. Antonio publicó "Soledades". Era el año de 1903 y el libro fue recibido con gran entusiasmo.
Soria y Leonor Izquierdo
En 1907 Antonio Machado obtuvo la cátedra de Lengua Francesa en el Instituto de Soria. Soria, en Castilla y León, en la cuenca alta y fría del Duero, cerca de las ruinas de la antigua Numancia, estaba llamada a tener influencia perdurable en la vida y en la obra de l poeta.. "Allí me casé - dice en su autobiografía del año 17- allí murió mi esposa, cuyo recuerdo me acompaña siempre"
Iba a encontrar en Soria la "aguda espina dorada" de sus versos:
Yo voy soñando caminos
de la tarde.¡ Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas!
¿A dónde el camino irá?
Yo voy cantando, viajero
a lo largo del sendero.
La tarde cayendo está.
En el corazón tenía
la espina de una pasión.
Logré arrancármela un día...
Ya no siento el corazón.
Y todo el campo un momento
se queda mudo y sombrío
meditando. Suena el viento
en los álamos del río.
La tarde más se oscurece
y el camino que serpea
y débilmente blanquea
se enturbia y desaparece.
Mi cantar vuelve a plañir:
¡Aguda espina dorada,
quién te pudiera sentir
en el corazón clavada!
Cuando los dos se conocieron, Leonor Izquierdo tenía apenas trece años y Antonio Machado había cumplido treinta y dos. Ella era fina, menuda y trigueña, de frente alta e inmensos ojos oscuros. El se enamoró desde el primer instante. La amó intensa y silenciosamente, con timidez, temor y temblor. Transcurrieron dos años, durante los cuales la niña se fue enamorando también del serio y silencioso profesor.
Se casaron el 30 de julio de 1909 en la iglesia de Santa María la Mayor de Soria."Si la felicidad es algo posible y real - escribía años más tarde el poeta- yo la identificaría mentalmente con mis años de Soria y el amor de mi mujer, cuyo recuerdo constituye el fondo más sólido de mi espíritu."
Un Breve Sueño
"De toda la memoria sólo vale
el don preclaro de evocar los sueños..."
Porque era sólo un sueño. En el verano de 1911, encontrándose ambos en viaje de estudios del poeta en París, se manifestaron en Leonor Izquierdo los primeros síntomas de la enfermedad que la llevaría a la tumba un año después, a tres apenas de su matrimonio.
"Señor, ya me arrancaste lo que yo más quería.
Oye otra vez, Dios mio, mi corazón cantar.
Tu voluntad se hizo, Señor, contra la mía.
!Señor, ya estamos solos mi corazón y el mar¡
La desesperación de Machado fue inmensa .En carta a Don Miguel de Unamuno le confiesa que estuvo a punto de quitarse la vida .Doña Ana Ruiz, su madre, fue a acompañarlo. Pero el poeta se sentía incapaz de permanecer en el lugar donde había sido tan feliz, donde todo le recordaba a su mujer. Pidió un traslado, que le fue concedido a Baeza. Los cinco años de Soria fueron trascendentales en la vida y en la obra del autor de "Campos de Castilla", libro escrito y publicado durante ese tiempo.
¡Campos de Soria
donde parece que las rocas sueñan
conmigo vais! ¡Colinas plateadas,
grises alcores, cárdenas roquedas!
La Antología Esencial de Machado publicada por Joaquín Marcos en 1999, al cumplirse sesenta años de la muerte del poeta, lleva por título "Donde las rocas sueñan". En Soria no lo olvidan y tampoco a Leonor. El ayuntamiento de Soria convoca anualmente el premio de poesía "Leonor Izquierdo ". Y como sucede en Avila con Santa Teresa de Jesús, las "gentes del alto llano numantino" han integrado el recuerdo de ambos a su vida cotidíana. En Soria el viajero pueda hospedarse en el "Parador Antonio Machado" o en el "Mesón Leonor".
Los Años de Baeza
Machado vivió cinco años en Baeza, entre 1912 y 1917. Rodeada de olivares, Baeza ha sido llamada "la Salamanca andaluza". Allí en el mes de noviembre de 1914, cuando empezaba la Primera Guerra Mundíal, escribió uno de sus poemas más analizados y discutidos. Se trata de "España en paz".. Machado en realidad en realidad - anota Bernard Sesé - no estaba muy convencido de que la posición neutral de España fuera la más acertada." Esa "lejana Europa que pelea" permite pensar que los españoles no se sentía parte de Europa y le da la razón a la frase atribuída a los franceses: "Africa empieza en los Pirineos", situación que ha cambiado totalmente en estos tiempos del tercer milenio.
Envolverá la niebla el rojo expoliario,
sordina gris al férreo claror del campamento.
Las brumas de La Mancha caerán como un sudario
de la flamenca duna sobre el fangal sangriento.
El corte de este poema es decididamente modernista. Recuerda el muy profético escrito por Rubén Darío en 1893: "Los bárbaros Francia. Los bárbaros cara Lutecia/bajo áurea rotonda reposa tu gran paladín..."
El idioma español adquiere en Machado sonoridades que recuerdan la musicalidad del idioma francés, que dominaba y enseñó toda su vida: Pero en este poema la idea de fondo es su preocupación por la actitud de España ante el conflicto mundíal:
¿Y bien? El mundo en guerra y en paz España sola
!Salud, oh buen Quijano. Por si este gesto es tuyo
yo te saludo. ¡Salve! ¡Salud paz española.
si no eres paz cobarde sino desdén y orgullo!
Hay en "España en paz" una palabra que indica que el poeta amaba el idioma francés, la cultura francesa que dejó en su obra la huella de los parnasianos y los simbolistas, pero no tanto a los franceses:
Un César ha ordenado las tropas de Germania
contra el francés avaro y el triste moscovita...
La experiencia personal de Machado en Francia fue muy dura, cuando a los dos años de su matrimonio viajó a París con Leonor. Los primeros síntomas de la tuberculosis que la llevó a la tumba en 1912, se manifestaron cuando los parisienses celebraban con entusiasmo y algarabía la fiesta del 14 de julio En medio de la algazara el poeta se sintió terriblemente solo, desesperado e inerme. Por fortuna contaba con la amistad de Rubén Darío y Francisca .Sánchez , quienes inmedíatamente los apoyaron. Cuando en 1916 murió Rubén Darío en Nicaragua, no era únicamente la admiración por el maestro, sino el dolor por el amigo lo que expresa Machado en su poema, uno de los más extraordinarios de su obra y de toda la lengua castellana:
Nadie esta lira pulse si no es el mismo Apolo!
¡Nadie esta flauta suene si no es el mismo Pan!
En 1916 estuvo en Baeza, el viaje de estudios, Federico García Lorca. El joven granadino admiraba sinceramente a Machado y se apresuró a visitarlo. Veinte años más tarde Machado escribiría los versos inmortales:
Se le vio caminando entre fusiles
por una calle larga,
salir al campo frío,
aún con estrellas de la madrugada.
Ahora sus nombres están unidos en el nivel más alto de la producción lírica española de dos siglos, el XIX y el XX.. Machado en la Generación del 98, García Lorca en la del 27. Sorprende la descripción que hace Machado de la hora y circunstancias exactas de la muerte del poeta granadino, conocimiento que sólo vino a saberse mucho más tarde:
Labrad, amigos
un túmulo al poeta
sobre una fuente en donde llore el agua...
La vida del poeta en Baeza es relatada por uno de sus alumnos: Rafael Laínez Alcalá: "Solía encontrar a Don Antonio sentado bajo el olmo de la Puerta del Conde. Lo recuerdo apoyado con sus dos manos en su cayado, llenos los ojos de lejanía, inmóvil".inmóvil, pensativo y lejano. ¡Ay, ya no puedo caminar con ella! dice en uno de sus poemas de aquel tiempo. En otro sueña con el imposible regreso:
Soñé que tú me llevabas
por una blanca vereda
en medio del campo verde,
hacia el azul de las sierras,
hacia los montes azules
una mañana serena.
Segovia y Pilar Valderrama (Guiomar)
En 1918 consiguió que lo trasladaran de Baeza a Segovia, otra vez en Castilla y León, más cerca de Madrid. En Segovia , Calle de los Desamparados No. 11,se encuentra hoy la única Casa Museo de Antonio Machado que hay en España. En Segovia dictó cátedra de francés en el Instituto General y Técnico (hoy Nacional Femenino de Bachillerato). La Casa Museo de Antonio Machado en Segovia es privada. La adquirió un grupo de profesores, que organizaron la Academia de Historia y Arte de San Quirce, un generoso pretexto para comprar a doña Luisa Torrego la modestísima habitación donde vivió el poeta. En su lento ir y venir entre su casa y el Instituto lo vio así Gerardo Diego:
Por allá va Antonio Machado
mas a rastras que de costumbre,
hábito de desamparado
desde el callejón a la cumbre.
Al Instituto fue un día a buscarlo una mujer que estaba destinada a ser el segundo gran amor, el último de su vida. Se llamaba Pilar Valderrama y quería entregarle un libro de versos que acababa de publicar: Huerto Cerrado. Seis años antes se había dado a conocer con otro título "Las Piedras de Horeb". Tenía 36 años, era menuda y morena, con bellos ojos. Y fue "Guiomar".Fue el "otro milagro de la primavera" que el corazón de Antonio Machado, hondamente dolorido por la muerte de Leonor, invocaba en Soria, en el año triste de 1912:
Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido".
Ella inspiró las "Canciones a Guiomar". Semanalmente el poeta tomaba el tren a Madrid para encontrarse con ella. Si Leonor amó al hombre, Pilar se enamoró del poeta. Federico Carlos Saínz de Robles opina que ella supo en sus versos "exponer con serenidad y melancolía los más hondos problemas del corazón femenino". Para Enrique Díez Canedo son poemas "para ser leídos en voz baja". Sainz de Robles opina también que "su lirismo delata la influencia de Antonio Machado" seguramente refiriéndose al libro "Esencias", publicado en 1930. El amor logró que el milagro poético surgiera de la nada, como el agua de la piedra de Horeb. Después de la guerra, en 1941, Pilar Valderrama publicó "Holocausto", donde recuerda así a Machado:
Y quiero, aunque la muerte te llevó de la vida,
llevarte vivo siempre dentro del corazón..."
Después de su muerte apareció "Yo soy Guiomar", donde cuenta su historia de amor. Las cartas de Guiomar a Machado se perdieron en el desastre de la guerra, cuando el poeta y los suyos huyeron hacia el exilio. Sólo se conocen las cartas del poeta . Fue una relación tortuosa, que había que mantener secreta porque Pilar Valderrama tenía hogar, marido hijos, además de alta posición social en Madrid. Pronto comenzaría la historia española a sacudir este castillo de cristal.
Madrid y La República. La Guerra Civil
En 1931 llega la República y a Machado se le propone una cátedra en el Instituto Calderón de la Barca de Madrid. Segovia queda atrás, con el barco de piedra del Alcázar, el majestuoso acueducto romano y la tumba de San Juan de la Cruz, santo patrono de los poetas. Machado se instala en Madrid, al lado de su madre y sus hermanos.
En 1936 publicó su libro en prosa "Juan de Mairena". Habla Juan de Mairena a sus alumnos, en la clase de Retórica y Poética:
Señor Pérez, salga usted a la pizarra y escriba: "LOS EVENTOS CONSUETUDINARIOS QUE ACONTECEN EN LA RUA". El alumno escribe lo que se le dicta:
- Vaya usted poniendo eso en lenguaje poético.
El alumno, después de meditar, escribe: "LO QUE PASA EN LA CALLE"
-Mairena- ¡No está mal!
El Maestro aconsejaba así a los futuros escritores, sus alumnos:
Sabe esperar, aguarda que la marea fluya
- así en la costa un barco - sin que el partir te inquiete.
Todo el que aguarda sabe que la victoria es suya
porque la vida es larga y el arte es un juguete.
Machado era ante todo un filósofo. Joaquín Marco anota que, además de ser hombre de su tiempo su obra mira hacia el futuro. Por boca de Juan de Mairena habló de las teorías existencialistas, cuando hacía muy poco había aparecido "El Ser y el Tiempo" de Martin Heidegger. Hasta se llega a creer en un Machado vanguardista, alejándose de los tópicos que lo enmarcan únicamente como emblema poético de la Generación del 98. La verdad es que, si bien Machado se integraba al movimiento literario y filosófico de su momento, era, ante todo, un ideólogo de la justicia social . Así lo anota Marco en la Antología Esencial publicada en 1999, la cual contiene poemas que el antólogo considera reivindicación de la poesía machadíana de contenido social.
En julio de 1936 estalla la guerra civil española. En el otoño de ese años, el gobierno encarga al Quinto Regimiento, comandado por Enrique Líster, la evacuación de los intelectuales hacia Levante. Rafael Alberti y León Felipe se encargan de convencer a Machado de la necesidad de salir de Madrid. El invierno se aproxima y no hay alimentos ni calefacción.
Doña Ana Ruiz, de ochenta y cuatro años de edad, el poeta y sus hermanos José y Joaquín con sus esposas e hijos, parten hacia Valencia (Valencia de finas torres/ bajo el lírico cielo de Ausias March") Pilar Valderrama, su Guiomar, había huido con su esposo y sus hijos a Portugal, Machado le escribe, desde Rocafort en Cataluña, palabras de amor que ella sólo pudo conocer mucho más tarde:
De mar a mar, entre los dos la guerra
más honda que la mar.
Exilio y Muerte
El poeta y los suyos están en Barcelona, cuando se rompe el frente republicano de Cataluña. El 22 de enero de 1939 toman el camino hacia Francia. Huyen centenares de miles de personas. El barro atasca los caminos. Tienen que abandonar el vehículo y los equipajes y pasar a pie la frontera francesa.
El 27 de enero llegan a territorio francés. Los acompaña el escritor y periodista español Andrés García de la Barga (Corpus Barga), quien al cruzar la frontera, en medio de una torrencial lluvia, lleva en sus brazos a la frágil y trémula doña Ana, quien pregunta constantemente : "¿Ya vamos a llegar a Sevilla?"
Pasan la noche en un abandonado vagón del ferrocarril y, al día siguiente 28, Corpus Barga les consigue alojamiento en la Pensión Quintana de Colliure., donde Madame Quintana los acoge con afecto y generosidad. Luis Santullano, diplomático de la República en Francia, quiere llevárselos de inmedíato a París, pero Antonio Machado se niega. Sabe que ya es tarde.
El 22 de febrero de 1939, el cansado corazón de poeta deja de latir. Tres días después muere doña Ana. Los dos reposan todavía en el tranquilo cementerio de Colliure, cuya municipalidad estableció la Fundación Antonio Machado y proyecta, en asocio con el Ayuntamiento de Sevilla, comprar la casa donde estuvo la Pensión Quintana, para fundar un museo del poeta, en la tierra francesa que supo acogerlo en sus dolorosas horas últimas.