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Muerte Sin Muerte de Federico García Lorca

Muerte Sin Muerte de Federico García Lorca

La vida de Federico García Lorca estuvo enmarcada entre dos fechas cruciales de la historia española: 1898 y 1936. En el 98, España perdió sus últimos dominios de ultramar. En el 36, estalló la cruel y dolorosa guerra civil…
En Fuente Vaqueros, en la bella región del Darro, nació el 5 de junio de 1898 el hijo mayor de Federico García Rodríguez y Vicenta Lorca Romero. El 11 de junio fue bautizado en la iglesia parroquial con el nombre de Federico del Sagrado Corazón de Jesús.

Los breves 38 años de la vida del poeta se iniciaron en ese pueblo pequeño y silencioso de la vega granadina donde, a las pocas semanas de nacido, estuvo muy enfermo. Se temió por su vida. Las consecuencias de su mal lo obligaron a prescindir de juegos y deportes al aire libre. En cambio, se hizo amigo de la música, las canciones, el dibujo y los títeres. También de las mariposas, las arañas, las hormigas, los lagartos y las estrellas.

El lagarto está llorando
la lagarta está llorando...
El lagarto y la lagarta
con delantalitos blancos.

Allá en Fuente Vaqueros, recordando las noches claras de su infancia, escribió el 25 de julio de 1918 la Balada Ingenua de Santiago. Para William Ospina estos poemas iniciales de García Lorca “tienen la ingenua belleza de las viejas baladas y fluyen tenuemente por nuestro espíritu”

Esta noche ha tendido Santiago
su camino de luz en el cielo...
Lo comentan los niños, jugando
con el agua de un cauce sereno.

El poeta cumplía todos los veranos, cuando el cielo de Andalucía se puebla de estrellas increíblemente cercanas, una cita con Santiago Apóstol y con los recuerdos de su infancia. Una cita con el niño que no dejó morir nunca en él. Vivió entre Fuente Vaqueros y Valderrubio una niñez felíz que no lo abandonó jamás. Excepto en algunos momentos, como aquellos que describió su amigo el poeta sevillano Vicente Aleixandre, al dar cuenta de la poderosa influencia que en García Lorca tenía la luna. Para el autor de “Sombra del paraíso” la presencia de la luna en la poesía lorquiana no es simplemente un hecho literario sino algo más, algo poderoso que debió influir de manera especial en la personalidad del poeta.

Yo lo he visto –dice Aleixandre– en las noches más altas, de pronto asomado a unas barandas misteriosas, cuando la luna correspondía con él y le plateaba el rostro. He sentido que sus brazos se apoyaban en el aire, pero que sus pies se hundían en el tiempo, en los siglos, en la raíz remotísima de la tierra hispánica, hasta no sé dónde, en busca de esa sabiduría profunda que llameaba en sus ojos, que quemaba en sus labios, que encandecía en su ceño de inspirado. No. No era un niño entonces. ¡Qué viejo, qué viejo, qué antiguo, qué fabuloso y mítico!"

Hoy la casa de Valderrubio, como la casa natal de Fuente Vaqueros y la Huerta de San Vicente en Granada, son museos. En Valderrubio conoció Federico a quien le inspiró su última obra dramática “La Casa de Bernarda Alba”, que forma con “Bodas de Sangre” y “Yerma” la trilogía clásica del teatro lorquiano. Francisca Alba de Benavides se llamaba la madre, Adela fue el nombre real de la hija suicida. Pepe el Romano, el causante de la tragedia, era Pepe de la Romilla .

Existieron otras hijas, una menos de las que figuran en la obra. Todo, el encierro, el luto, el drama, fue calcado de la vida en ese pueblo. En esta obra, como en “Doña Rosita la Soltera” y en “Mariana Pineda”, García Lorca demuestra su irrestricta vocación de defensor de las mujeres, clase oprimida por cadenas ancestrales. También estuvo siempre de parte de los gitanos, de los negros, de los pobres, de los perseguidos.

En Fuente Vaqueros y Valderrubio se encontraban las tierras donde el padre del poeta, el labrador Federico García Rodríguez, clásico hidalgo campesino, hizo su modesta fortuna. Son tierras que hacen parte de lo que se llamó el Soto de Roma. Fueron obsequiadas por las Cortes de Cádiz a Sir Arthur Wellesley, Duque de Wellington, como muestra del agradecimiento de España al Duque de Hierro por su participación en la guerra contra los franceses. 

Wellington venció a Napoleón en Waterloo, volvió a Inglaterra y se olvidó del regalo.
En Madrid, le pusieron a una calle su nombre, que el habla popular convirtió en “Velintonia”. En el número 3 de esa calle en el barrio del Parque Metropolitano, vivió casi toda su vida el poeta Vicente Aleixandre.

Las tierras del Soto de Roma estuvieron mucho tiempo abandonadas. Cuando Wellington murió en 1852, sus herederos las reclamaron. Se establecieron allí, las parcelaron, sembraron remolacha y empezaron a venderlas a los labradores de la región, entre ellos el padre de García Lorca, quien en la fe de bautismo de su hijo se define ya como “labrador propietario”.

Es posible que la presencia de los ingleses en el Romancero Gitano se deba a esta circunstancia. Huyendo del viento hombrón que la persigue “con una espada caliente”, preciosa se refugia “en la casa que tiene / más arriba de los pinos / el Cónsul de los ingleses...

Adolescencia en Granada

La familia se trasladó a Granada cuando el chico cumplía once años. Ya no era mucho lo que podía enseñarle su madre, doña Vicenta Lorca de García, bella y luminosa mujer a quien Federico adoraba. Tampoco eran ya suficientes los conocimientos de su maestro de primaria, el fiel y devoto Antonio Rodríguez Espinosa, quien lo quería con paternal afecto. Parece que a él se debió que Don Federico García Rodríguez, viudo acomodado, sin hijos y ya un tanto mayor, se fijara en la joven maestra rural Vicenta Lorca Romero. El hecho fue que la hizo su esposa y madre de sus cuatro hijos: Federico, Concha y Francisco y por último la admirable Isabel, a quien en 1997 se le concedió en España la Medalla de Oro de las Bellas Artes, en reconocimiento por su labor al frente de la Fundación García Lorca, con la que trabajó hasta su muerte en septiembre de 2001.

Federico hizo su bachillerato en Granada, en el Colegio del Sagrado Corazón. Y comenzó a dar cauce a su poderosa vocación musical. Estudió piano y guitarra, con tanto éxito que pronto estaba ofreciendo conciertos privados en el Centro Artístico de Granada. En la Residencia de Estudiantes de Madrid existen grabaciones suyas cuando interpretaba el piano. Pero no quedó ninguna de su voz,”una voz prodigiosa, baja y profunda, que prestaba luminosa y honda significación a sus palabras,” contaban quienes lograron escucharla.

En Granada se hizo muy amigo de Don Manuel de Falla.  Esa amistad se deterioró un poco cuando Federico escribió la Oda al Santísimo Sacramento del Altar, que al católico y cristianísimo compositor le pareció muy irreverente:
Cantaban las mujeres por el muro clavado
cuando te vi, Dios fuerte, vivo en el Sacramento,
palpitante y desnudo como un niño que corre
perseguido por siete novillos capitales.

Pero Manuel de Falla admiraba y quería sinceramente a García Lorca.  En los días fatídicos de agosto de 1936, siendo el músico más importante de España en ese momento, no dudó en poner su vida en peligro, para tratar de arrancar al poeta de las garras de sus captores. Tal vez el gran error de Federico en el terrible julio del 36, fue buscar refugio en la casa de Luis Rosales, en lugar de acudir a don Luis de Falla.

En 1916 el poeta de 18 años comienza a frecuentar la tertulia de ”El Rinconcillo” en el Café Alameda de Granada. Es entonces cuando escribe sus primeros poemas, que publica en 1919 dedicadas a su hermano Francisco, quien luego sería el padre de Laura García orca de los Ríos, directora de la Casa Museo de la Huerta de San Vicente en Granada.

Madrid y la Residencia de Estudiantes

García Lorca tenía 21 años cuando se trasladó a Madrid.  En Granada había estudiado algo de Derecho, carrera que nunca ejerció. En Madrid se matriculó en Filosofía y Letras y fue a vivir en la Residencia de Estudiantes.  Allí había artistas de toda índole: poetas, pintores, músicos.  En esa casa está viva la memoria del poeta granadino; está en el piano, donde fascinaba a sus oyentes con sus raros experimentos musicales, en sus dibujos que allí guardan. En el segundo piso de la Residencia funcionan las oficinas de la Fundación García Lorca.

En “la Resi” bullía el germen de la escuela vanguardista española.  Los mejores amigos del poeta fueron el pintor Salvador Dalí y el cinematografista Luis Buñuel. Allí vivían el poeta José Moreno Villa, el pintor Gregorio Prieto, el escritor colombiano Jorge Zalamea. Escribió entonces "El Maleficio de la Mariposa", obra teatral que fue un desastre, a pesar de haberla dirigido Gregorio Martínez Sierra. Publicó “Balada de la Placeta” y su vocación se trifurcaba entre la música, la pintura y la poesía, que nunca le dejaban tiempo para ir a clases.

Fue entonces cuando conoció a Juan Ramón Jiménez. El gran poeta de la generación española de 1914, la que sirve de puente entre las del 98 y el 27, se interesó por la poesía del joven granadino. Lo invitó a colaborar en la revista “Indice” y lo animó a publicar El Libro de Poemas.

En aquella época Federico García Lorca organizaba en Granada, en colaboración con Don Manuel de Falla, el Festival del Cante Jondo. Se integraba cada vez más a la tradición popular andaluza, al flamenco que define su esencia como “ lo andaluz que se agitana”.  Entre Madrid y Granada se lanzó a una actividad delirante. Pintaba, componía música, la interpretaba, pronunciaba conferencias y escribía poemas como “La Señorita del Abanico”.

“La señorita del abanico
y los volantes busca marido”.

Lo llamaba el teatro, el teatro poético. La escena era muy importante para él, desde cuando los muñecos, los títeres y las marionetas acompañaron su infancia en Fuente Vaqueros. Se recuerda que en Granada, el 5 de enero de 1923, dirigió en su casa (todavía no había adquirido su padre la Huerta de San Vicente) “La Niña que Riega la Albahaca y El Príncipe Preguntón” con música de Manuel de Falla. Lo hizo dentro de la “Fiesta de los Niños” que en España no es el 25 de diciembre como en América, sino el 6 de enero, día de los Reyes Magos.

El Teatro Poético

Tiene 26 años cuando empieza a escribir “Mariana Pineda”. De niño en Fuente Vaqueros había hecho parte de las rondas infantiles, que cantaban:

¡Ay! qué día tan triste en Granada,
que a las piedras hacía llorar,
al ver que Marianita se muere
en cadalso, por no declarar.

Una de las casas donde vivió en Granada estaba situada cerca de la plaza Mariana Pineda. En ese lugar se encuentra la estatua de aquella mujer joven, atractiva y valiente, que había nacido en Granada en 1804 y subió al cadalso a los 27 años, el 26 de mayo de 1831, acusada de haber bordado una bandera para la sublevación liberal que se levantó contra la tiranía de Fernando VII.  La bandera tenía las palabras “Ley, Libertad, Igualdad...”En Granada el poeta volvió a oír las rondas, esta vez alrededor de la estatua:

Marianita, sentada en su cuarto,
no paraba de considerar:
Si Pedrosa me viera bordando
la bandera de la libertad…

García Lorca le prestó vida nueva a Mariana Pineda, más allá del bronce. Tejió una historia de amor, con algo de verdad y mucho de fantasía. Mariana, Pedrosa y Sotomayor fueron personas reales. Así hablaba Pedro de Sotomayor:

Marianita, no temas, mujer mía, vida mía,
En el mayor sigilo conspiramos, no temas.
La bandera que bordas temblará por las calles
entre los corazones y los gritos del pueblo.

El terrible Pedrosa se enteró y Marianita fue al cadalso. Cuentan las crónicas de la época que Pedrosa fue tan vehemente en su intención de ejecutar a Marianita, que nada tiene de raro que haya estado enamorado de ella y que ella lo hubiera rechazado. Este drama poético de García Lorca, es en realidad un canto a la libertad y al amor:

Yo soy la libertad porque el amor lo quiso.
Pedro, la libertad por la cual me dejaste.
Yo soy la libertad herida por los hombres.
Amor, amor, amor y eternas soledades.

Para Marcelle Auclair, la acertada biógrafa francesa y amiga personal de Lorca, existen similitudes notables entre el destino de Mariana Pineda y el del poeta: “Ay, qué día tan triste en Granada /que a las piedras hacía llorar...”

Cuando escribía “Mariana Pineda” conoció Lorca a Rafael Alberti, quien años más tarde clamaría ante la muerte de su amigo:

No tuviste tu muerte, la que a ti te tocaba.
Malamente, a sabiendas, equivocó el camino
¿A dónde vas? gritando, por más que aligeraba,
no paré tu destino.

Después de “Mariana Pineda” apareció “Doña Rosita la Soltera o El Lenguaje las Flores”. Una historia entonces muy frecuente en España.  Una mujer que envejece esperando al novio, que se marcha a América y no vuelve nunca. La historia sucede en Granada y Doña Rosita vive en la Calle de Elvira:

Granada, calle de Elvira,
donde viven las manolas,
las que se van a la Alhambra
las tres y las cuatro solas.

La Gran Crisis Existencial

Por invitación de Ignacio Sánchez Mejías intelectual y torero se reunieron en Sevilla, para honrar la memoria y la obra de don Luis de Góngora y Argote, los poetas que estaban destinados a pasar a la historia de la literatura española como la Generación de 1927.  Cuando Sánchez Mejías muere en 1935, Federico García Lorca le escribe el que se considera el mejor de sus poemas:

Eran las cinco en punto de la tarde...
Un niño trajo la blanca sábana
a las cinco de la tarde...

La presencia de Sevilla en la obra de García Lorca es muy notoria. En su poesía menciona más frecuentemente a Sevilla que a la misma Granada. El poeta amaba a su Granada, pero encontraba en ella un intenso y oscuro tinte dramático, que le hacía volverse hacia la luz alegre de Sevilla.

En 1928 aparece el primer Romancero Gitano. Sus biógrafos Ian Gibson y Marcelle Auclair están de acuerdo, lo mismo que Vila San Juan, en que fue el año de su gran crisis existencial, el reconocimiento de su homosexualismo.

Durante mucho tiempo se había creído en el matrimonio de Federico García Lorca con la hermana de Salvador Dalí. En la Huerta de San Vicente se advierten claramente dos presencias de mujer: Ana María Dalí y Emilia Llanos. Y en la poesía de Federico, escrita en el tiempo de la Residencia de Estudiantes, hay varios nombres de mujer.  Esta gran crisis existencial tiene que ver con los Sonetos del Amor Oscuro, ocultos durante tanto tiempo...

Fue a raíz de esta crisis que resolvió viajar.  Partió para los Estados Unidos, visitando antes París, Londres, Oxford y Dublín. Terminó “El amor de Don Perlimplín con Belisa en su Jardín”, trabajó en las Odas y preparó la segunda edición de “Canciones”. Con “Poeta en Nueva York” se lanza al surrealismo, pero el suyo es un surrealismo de hondo sentido humano. Siente que “la aurora de Nueva York / tiene cuatro columnas de cieno /y un huracán de negras palomas”.  Escribe su “Oda al rey de Harlem”, furiosamente condolido por la situación de los negros.  En su concepto, Dios había venido al mundo para todos, para los blancos, los negros, los amarillos, los desvalidos y los pobres.

Escribe “Poeta en New York” libro poético fundamental del siglo XX. En él se deshace de una “gitanería”que todo el mundo amaba y a él empezaba a dolerle, porque solo cumplía con la belleza y Federico García Lorca quería hablar de justicia.

Teatro para el Pueblo

Cuando vuelve a España se dedica con mayor ahínco al teatro. Trabaja en “Así que pasen cinco años” y “El Público”, que dedica a su hermana Isabel. Escribe “El Retablillo de Don Cristóbal” y termina una de sus obras capitales: “Bodas de Sangre”. Es la primera de sus grandes tragedias que con “Yerma” y “La Casa de Bernarda Alba” constituyen puntos clave del teatro lorquiano.

Con el auspicio de Fernando de los Ríos, empieza a viajar por los pueblos de España llevando obras clásicas, con su grupo teatral “La Barraca”.  Funda clubes teatrales de cultura en los pueblos.  Desde 2006 se han reanudado los viajes de “La Barraca” por los pueblos de España y se están fundando también clubes teatrales, tanto en los pueblos donde estuvo García Lorca como en otros distintos.  Los actores, en su mayoría estudiantes, con la dirección de César Olivo, son recibidos triunfalmente y presentados al aire libre y en los salones comunales.  Es el teatro para el pueblo, que renace 75 años más tarde.

Victoria Ocampo lo invita a viajar a la Argentina, donde el mundo intelectual gira alrededor de la Revista “Sur”. García Lorca visitó la Argentina entre octubre de 1933 y marzo de 1934, para presentar su obra de teatro Bodas de Sangre y dictar una serie de conferencias sobre literatura. Pablo Neruda también estaba allí y el P.E.N. Club argentino les ofreció grandes homenajes, a los cuales asistieron, entre otros muchos, los escritores y poetas Alfonsina Storni, Norah Lange, Emilia Bertolé, Conrado Nalé Roxlo, César Tiempo y el Maestro Baldomero Sanín Cano. 

En octubre de 1936 sería la voz del P.E.N. Internacional la primera en levantarse a indagar por la suerte del poeta:
“Londres, 13 de octubre de 1936. H. G. Wells, Presidente del PEN Club de Londres, desea con ansiedad noticias de su distinguido colega Federico García Lorca y agradecería  grandemente la cortesía de una respuesta”.
La respuesta fue: “El Coronel Gobernador de Granada a H. G. Wells: Ignoro lugar hállase Don Federico García Lorca. (Fdo.) Coronel Espinosa.”

En 1935 llega a Madrid Pablo Neruda, como Cónsul de Chile. García Lorca participa en todos los homenajes que se le rinden al gran poeta.. Más tarde Neruda escribiría palabras que arden en la memoria: “Federico, te acuerdas debajo de la tierra? Te acuerdas de mi casa con balcones en donde la luz de junio ahogaba flores en tu voz?

Federico finaliza los manuscritos de “La Casa de Bernarda Alba”. Trabaja incansablemente, siempre alegre, siempre generoso. Cree en el pueblo, ama a los desvalidos, defiende a los gitanos, a los judíos perseguidos, a los negros...  La luz va con él a todas partes. Ríe, alegre como un niño, como un duende que fuera a la vez un poeta.

Los Años Oscuros

Margarita Xirgú lo invita a ir a México y comienza el año oscuro de 1936. En febrero se celebran elecciones generales. La izquierda se presenta unida, bajo el nombre de Frente Popular, y obtiene la mayoría.  La Falange es declarada fuera de la ley.  Empiezan los asesinatos en la derecha y en la izquierda.

En los primeros días de julio acompaña a sus padres a la estación, pues van a pasar el verano en Granada.  Isabel permanece en Madrid.  Francisco está en Bélgica. Federico les promete que irá a acompañarlos, que estará allí sin falta para el 18 de julio, día de San Federico. Su cuñado Manuel Fernández Montesinos, esposo de Concha, es nombrado por el gobierno republicano alcalde de Granada.

Va a la casa de Pablo Neruda (“Mi casa era llamada la casa de las flores, porque por todas partes estallaban geranios.”).  Rafael Alberti y otros amigos le aconsejan que no se vaya de Madrid.  Federico escucha y calla. Le entrega a José Bergamín el manuscrito de “La Casa de Bernarda Alba” y viaja a Granada.  En el mismo tren va Ramón Ruiz Alonso, quien acaba de tener un fuerte disgusto con José, el hermano falangista del poeta Luis Rosales.

El 17 de julio llega Federico a Granada. Ese mismo día se inicia el alzamiento en Marruecos. Luego estalla en Navarra y triunfa en Canarias. Gonzalo Queipo de Llano asume el mando en Sevilla. El alzamiento se extiende a las principales poblaciones españolas. El 22 se rinde en Granada el barrio gitano del Albaicín, mientras la aviación republicana ataca la ciudad. y algunas bombas caen muy cerca de la Alhambra.

Reina el pánico.  Manuel Fernández Montesinos, alcalde de Granada, es detenido.  Un grupo armado llega a la Huerta de San Vicente en busca del hermano del cuidandero.  A éste lo maltratan. Federico trata de defenderlo y del grupo sale una voz –tal vez la de Ramón Ruiz Alonso- que grita: ¡Calla, Federico García Lorca, que para ti también habrá...!

Federico, al sentirse reconocido y escrutado por ojos que lo miran con odio, se refugia en la casa del poeta Luis Rosales. Allí lo acogen con cariño. Se supone que en la casa de tan connotados falangistas podrá estar tranquilo. El hispanista Paul Preston, en su libro “Las Tres Españas del 36” dice que el conflicto no fue una guerra de extremos, sino muchísimas guerras solapadas, que se empeoraron mútuamente. Una de esas guerras solapadas contra José Rosales, hermano falangista del poeta, tuvo parte en lo sucedido. Algunos quisieron hacer daño a Rosales, mediante la detención en su casa de un poeta homosexual y republicano.

"El amor oscuro" fue el estigma de García Lorca.  En este siglo XXI se puede mirar más de frente.  En la biografía de Ian Gibson, la más completa que existe hasta ahora, se menciona con nombre propio a varios de sus amores.  De uno de ellos, el último, habla así María Teresa León de Alberti en Memoria de la Melancolía:
“Nadie como este muchacho silencioso debió sufrir por aquella muerte. Terminadas las noches, los días, las horas. Mejor morirse. Y Rafael se fue a morir al frente del Norte...”

El 16 de agosto de 1936 fue un día fatídico para la familia García Lorca. Al amanecer fusilaron a Manuel Fernández Montesinos, el marido de Concha.  A “las cinco en punto de la tarde” un impresionante despliegue de fuerza rodeó la casa de la familia Rosales.  Excesivo despliegue para detener a una sola persona. Con el tiempo cobra fuerza la teoría de que Ramón Ruiz Alonso quería, ante todo, crear una situación difícil para José Rosales, al detener en su casa, con tan gran alboroto, a un poeta republicano.

Detuvieron a Federico García Lorca y se lo llevaron. Los esfuerzos de Don Manuel de Falla fueron inútiles. El poeta Rosales estuvo a punto de correr la misma suerte de Federico, cuando trató de interceder por él. Sufrió mucho desde entonces, porque donde llegaba se le acusaba injustamente de haberlo entregado.

Fue en una madrugada de agosto… Lo dice el pueblo en una copla:
“Entre Viznar y Alfacar
mataron al ruiseñor
porque quería cantar”.

En 1984 la Diputación de Granada hizo construir el Parque Monumento.  Al parque se llega tomando la carretera que conduce a Murcia. En un alto perímetro rocoso hay un árbol de olivo.  Según testimonio de Manuel Castilla, uno de los enterradores allí está el cuerpo del poeta, pero en realidad nadie lo sabe con certeza. Tal vez sólo las palomas oscuras:
La una era el sol, la otra era la luna.
Vecinitas, les dije:“¿Dónde está mi sepultura?”
En mi cola, dijo el sol. En mi garganta, dijo la luna

El parque monumento de Alfacar se encuentra a pocos metros de Ainadamar, palabra árabe que quiere decir “la fuente de las lágrimas”. Grabadas es la memoria y en la piedra están las palabras de Antonio Machado:

Labrad, amigos de piedra y sueño
en la Alhambra un túmulo al poeta
sobre una fuente en donde llore el agua
y eternamente diga:
“El crimen fue en Granada, en su Granada”

Muerte Sin Muerte

En la madrugada del 19 o 20 de agosto de 1936, en un barranco rodeado de olivares entre los pueblos de Víznar y Alfacar, fue fusilado Federico García Lorca.  Un muerto más, uno de tantos en la ola de sangre que enrojecía a Granada desde la Alhambra hasta el Albaicín

Pero no imaginaban sus verdugos que esa muerte no era la muerte. Que la fosa común, abierta muy cerca de una fuente que llaman “Ainadamar, la fuente de las lágrimas” recibía unos huesos que, convertidos en fuegos fatuos, en fuegos de San Telmo en la tierra y el mar, iluminarían para siempre la memoria del poeta andaluz.

Otro andaluz, de Sevilla, Antonio Machado, escribe poco después un poema donde, con esa extraña premonición que guía a los poetas, dice en 1937 lo que sólo logró saberse muchos años después: que el pelotón de verdugos no osó mirarlo a la cara, que labrado en piedra y sueño el túmulo del poeta está cerca de una fuente en donde llora el agua y eternamente dice: El crimen fue en Granada, en su Granada... al pie de la Sierra Nevada.

Balada ingenua de Santiago a Santiago, el apóstol Santiago, patrono de España porque el hijo de Zebedeo y hermano de Juan el Evangelista, estuvo en España según la tradición y a ella regresó ya muerto en el año 44 de la era cristiana.  La Vía Láctea es el mismo Camino de Santiago.

Cuando se hacen cábalas sobre las razones que llevaron a Federico García Lorca a Granada en julio de 1936 para cumplir puntualmente su cita con la muerte, se asegura que su presencia era indispensable en el hogar de los García Lorca en la Huerta de San Vicente, porque el 18 de Julio – día fatídico en la historia Española – se celebra el día de San Federico y era el santo del padre y del hijo.  Eso es muy probable.  Pero también lo es que el poeta venía cumpliendo todos los veranos, cuando el cielo andaluz se puebla de estrellas fantásticas, su cita con Santiago y con los recuerdos de su infancia, con el niño que no dejó morir nunca, porque hasta el día de su muerte fue un niño duende, “moreno oliváceo, de ancha frente y sonrisa fácil que pronto se convertía en juguetona.

 En Valderrubio y (¿) hizo sus primeras letras. Fue su maestro Antonio Rodríguez Espinoza, dedicadas a su hermano Francisco. Creyó necesarias unas palabras de justificación:
“Ofrezco en este libro, todo ardor juvenil, tortura y ambición sin medida, la imagen exacta de mis días de adolescencia y juventud, esos días que enlazan el instante de hoy con mi misma infancia reciente... Sobre su incorrección, sobre su limitación segura, tendrá este libro la virtud, entre otras muchas que yo advierto, de recordarme en todo instante mi infancia apasionada correteando desnuda por las praderas de una vega, sobre un fondo de serranía...”

En este libro se encuentra el poema “Sueño” escrito en mayo de 1919:

Mi corazón reposa junto a la fuente fría.
(Llénala con tus hilos
araña del olvido)

Mi corazón despierto sus amores decía
(Araña del silencio,
téjele tu misterio)

El agua de la fuente lo escuchaba sombría
(araña del silencio,
téjele tu misterio)

Mi corazón se vuelca sobre la fuente fría.
(Manos blancas, lejanas,
detened a las aguas)

Y el agua se lo lleva cantando de alegría.
(Manos blancas, lejanas,
nada queda en las aguas)

En ese momento García Lorca no pensaba en la muerte. El mundo de la música, su mundo de entonces, se conmovía por la suerte de Enrique Granados quien al regresar a España después de estrenar Goyescas en Nueva York, murió cuando su barco fue torpedeado por un submarino alemán.

En el mundo de la filosofía surgían los ensayos de Ortega y Gasset que luego se agruparon bajo el título El Espectador. Surgía en Nueva York el dadaísmo, James Joyce publicaba el Retrato del Artista Adolescente y Kafka escribía La Metamorfosis. En 1916 murió Rubén Darío, pero este hecho no dejó huella en la obra de García Lorca.  Los poetas de la Generación del 98 eran quienes estaban obligados a llorarlo. La voz de Antonio Machado se levantó para alabar al nicaragüense: "Si era toda en tu verso la armonía del mundo, donde fuiste, Darío, la armonía a buscar?"

Se perfilaba en el horizonte la Generación de 1927. Al promediar la I Guerra Mundial publicaba Juan Ramón Jiménez Platero y Yo y El Diario de un Poeta Reciben Casado. España no participaba en la contienda. Parecía tan distante como si los Pirineos, en lugar de una cadena de montañas, fueron una cortina de siglos.

En 1917 conoció García Lorca a Antonio Machado, que era para el joven poeta el maestro indiscutible de la poesía española de la época. En 1919 se trasladó de Granada a Madrid, donde se instaló en la Residencia de Estudiantes, que era más bien residencia de poetas, pintores y, ante todo, germen del vanguardismo español. Allí se hizo amigo de Dalí, Buñuel, Moreno Villa, conoció a Eduardo Marquina, escribió El Maleficio de la Mariposa y publicó su primera poesía Balada de la Placeta, en la Antología de la Poesía España editada por La Novela Corta. “Cantan los niños en la noche quieta, arroyo claro fuente serena”.

En 1920, después de pasar el verano en la Vega de Zujaira en Granada, regresó a Madrid y se matriculó en la facultad de Filosofía y Letras, pero asistía poco a las clases. En ese año estrenó en el Teatro Eslava de MadridEl Maleficio de la Mariposa”, dirigido por Gregorio Martínez Sierra. La obra fue un fracaso. En 1921 conoció el poeta a Juan Ramón Jiménez, quien le invitó a colaborar en Indice. Esto lo animó a la publicación del Libro de Poemas, editado por García Maroto. Comenzó el Poema del Cante Jondo, allí está la Baladilla de los Tres Ríos:

El río Guadalquivir va entre naranjas y olivos.
Los dos ríos de Granada
bajan de la nieve al trigo.

¡Ay, amor
que se fue y no vino!

El río Guadalquivir
tiene las barbas granates.
Los dos ríos de Granada,
uno llanto y otro sangre.

¡Ay, amor
que se fue por el aire!

Para los barcos de vela
Sevilla tiene un camino;
por el agua de Granada
sólo reman los suspiros.

¡Ay, amor
que se fue y no vino!

Guadalquivir, alta torre
y viento en los naranjales.
Dauro y Genil, torrecillas
muertas sobre los estanques.

¡Ay, amor
que se fue por el aire!

¿Quién dirá que el agua lleva
un fuego fatuo de gritos?

¡Ay, amor
que se fue y no vino!

Lleva azahar, lleva olivas,
Andalucía a tus mares.

¡Ay, amor
que se fue por el aire!

En 1922 organizó en Granada, en colaboración con Manuel de Falla, un Festival del Cante Jondo. Se integra cada vez más a la tradición popular andaluza y pronuncia conferencias y escribe poesías. El teatro es para él muy importante, desde cuando los muñecos, los títeres y las marionetas acompañaban su soledad infantil.  Y el 5 de enero de 1923 dirige en su casa de Granada la representación de una pieza para guiñol “La Niña que riega la Albahaca y el Príncipe Preguntón”, con música de Manuel de Falla y dentro de la “Fiesta para los Niños”.

1831, por el crimen de haber bordado una bandera para la sublevación, una bandera con las palabras “Ley, Libertad, Igualdad...”
Marianita, no temas, mujer mía, vida mía,
en el mayor sigilo conspiramos. No temas.
La bandera que bordas temblará por las calles
entre los corazones y los gritos del pueblo....”

Eso decía Pedro de Sotomayor, apasionadamente.  Pero la realidad fue otra.  García Lorca recogió la letra de una canción popular que dice:
“Marianita, sentada en su cuarto, no casaba de considerar: Si Pedrosa me viere bordando la bandera de la libertad…”
El temible Pedrosa se enteró y Marianita fue al cadalso... Era la Libertad...
“Yo soy la Libertad porque el amor lo quiso. ¡Pedro! La libertad por la cual me dejaste. Yo soy la Libertad, herida por los hombres! Amor, amor, amor y eternas soledades¡
Al fondo los niños cantan:
¡Ay, qué día tan triste en Granada
que a las piedras hacía llorar,
al ver que Marianita se muere
en cadalso, por no declarar...”

Ese mismo año de 1923 se licenció en Derecho en la Universidad de Granada. Por supuesto no ejerció la profesión de abogado jamás.  Más bien comenzó a dibujar –otra de sus grandespasiones artísticas– y organizó con Manuel de Falla la Fiesta para los Niños ya mencionada.   En 1924 conoció a Rafael Alberti, el mismo que doce años después iba a clamar ante la muerte de su amigo: “No tuviste tu muerte, la que a ti te tocaba.  Malamente, a sabiendas, equivoco el camino Adónde vas? gritando, por más que aligeraba, no paré tu destino...” 

Porque nadie puede detener el destino. Estaba esperándolo – de todas las versiones es una de las más probable – en las páginas del Romancero Gitano, en el Romance de la Guardia Civil Española: Ocho días antes de viajar a Granada en julio de 1936, Federico García Lorca había recibido una demanda, de la cual sólo se sabe que era contra su poema “Romance de la Guardia Civil Española” que había sido publicado en 1924. “Una vaga astronomía de pistolas inconcretas” empezó a amenazar a García Lorca, mucho antes del amanecer trágico del barranco de Viznar.

En 1924 concibió la idea de Doña Rosita la Soltera o El Lenguaje de las Flores. Era una mujer que había conocido en Granada...

Granada, calle de Elvira,
donde viven las manolas,las que se van a la Alhambra,
las tres y las cuatro solas.
**********
El Genil duerme a sus bueyes
y el Darro a sus mariposas.
Granada, calle de Elvira
donde viven las manolas.

Era una mujer que había envejecido esperando al novio que se marchó a América y no volvió nunca. Era una rosa, la “rosa mutabile”.

Cuando se abre en la mañana
roja como sangre está;
el rocío no la toca
porque se teme quemar.
Abiertas en el mediodía
es dura como el coral,
el sol se asoma a los vidrios
para verla relumbrar.
los pájaros a cantar
y se desmaya la tarde
en las violetas del mar,
se pone blanca, con blanco
de una mejilla de sal;
Y cuando toca la noche
blanco cuerno de metal
y las estrellas avanzan
mientras los aires se van
en la raya de lo oscuro
se comienza a deshojar.

En ese mismo año de 1924 nacía en París el movimiento surrealista, con el Manifiesto de André Breton. El 8 de enero del año siguiente termina Mariana Pineda y va a Cadaqués invitado por Dalí. Empieza a pronunciar conferencias y en el Ateneo de Granada habla de la imagen poética de don Luis de Góngora y lee algunos de sus poemas en el Ateneo de Valladolid. Publica en Revista de Occidente su Oda a Salvador Dalí. Escribe la primera version de La Zapatera Prodigiosa. El 17 de octubre lee su Homenaje a Soto de Rojas en el Ateneo de Granada.

A pesar de la influencia de Dalí, todavía no opta por el surrealismo, al cual para esas fechas de 1927 ya comienzan a acceder Luis Buñuel en el cine y Alberti en la poesía. García Lorca publica su libro Canciones con poemas escritos entre 1921 y 1924. También expone 24 dibujos en la galería Dalmau de Barcelona y Margarita Xirgu estrena Mariana Pineda con decorados de Dalí. Publica el poema Romance de la Luna de los Gitanos, como se llamó en un principio el que se luego se conoció como Romance de la Luna Luna:
La luna vino a la Fragua
con su polizón de nardo.
El niño la mira, mira.
El niño la está mirando.

En 1928 atraviesa una gran crisis existencial Tiene treinta años y ha llegado el momento de las definiciones. Es puro. No quiere engañar a nadie. Mucho menos a una mujer. Es posible que en ese momento ya escribiera, sin enseñarlos aún a nadie, los Sonetos del Amor Oscuro.  Funda, con un grupo de intelectuales amigos, una revista en Granada. Aparece el primer Romancero Gitano, con poemas escritos entre 1924 y 1928 y sigue su vida entre la poesía, el teatro, la música y la pintura, en la Residencia de Estudiantes.

En mayo de 1929 parte para los Estados Unidos, pasando antes por París Londres, Oxford y Escocia.  Ya ha terminado El Amor de Don Perlimplín con Belisa en su Jardín,trabaja en las Odas y prepara la segunda edición de Canciones. En Estados Unidos, el 16 de diciembre, lee algunos poesías del Poema del Cante Jondo y después del invierno del año 1930 viaja a Cuba, donde conoce a Porfirio Barba Jacob.

Con Poeta en Nueva York se lanza al surrealismo, siente que “la aurora de Nueva York tiene cuatro columnas de cieno y un huracán de negras palomas”.   En la Cabaña del Farmer en el campo de Newburg en compañía de Manuel Altolaguirre, encuentra al niño Stanton:
Do you like me?
Yes, and you?
Yes, yes.
Cuando me quedo solo
me quedan todavía tus diez años,
los tres caballos ciego,
tus quince rostros como el rostro de la pedrada
y las fiebres pequeñas heladas sobre las hojas
del maíz.
Stanton, hijo mío, Stanton.

Se dedica con más ahínco al teatro.  Trabaja en Así que pasen cinco años y El Público. Escribe El Retablillo de Don Cristóbal y en 1932 acaba su obra capital: Bodas de Sangre. Es la primera de sus grandes tragedias que, con Yerma y La Casa de Bernarda Alba, constituyen puntos clave del gran teatro español de todos los tiempos.

Empieza a viajar por los pueblos de España con su grupo teatral “La Barraca”.  Funda clubes teatrales de cultura, colabora en la representación de El Amor Brujo de Falla.  Se hace amigo de Victoria Ocampo y ella lo invita a la Argentina, donde el mundo intelectual gira alrededor de la revista Sur. Estuvo en la Argentina entre septiembre de 1933 y marzo de 1934. También visitó Montevideo y Río de Janeiro. Cuando lo fusilaron tenía listos los pasajes para viajar a México...

En 1934 se sublevan los mineros de Asturias, pero este drama social no deja huella en la poesía de García Lorca, como sí la dejó en la del venezolano Miguel Otero Silva. La suya es una actitud de amor al pueblo y a sus tradiciones, de condena a los desmanes y atropellos de la Guardia Civil y a cualquier clase de injusticia, pero nada más.

En 1935 muere Ignacio Sánchez Mejías, el torero intelectual y escribe García Lorca su Llanto inmortal:
A las cinco de la tarde.
Eran las cinco en punto de la tarde.
Un niño trajo la blanca sábana
a las cinco de la tarde.
Lo demás era muerte y sólo muerte
a las cinco de la tarde...

En 1935 llega a Madrid Pablo Neruda, con quien se había encontrado en la Argentina y García Lorca participa de lleno en todos los homenajes que se rinden al poeta chileno, el mismo que poco tiempo después le diría palabras resuenan en la memoria: "Federico, te acuerdas debajo de la tierra? Te acuerdas de mi casa con balcones en donde la luz de junio ahogaba flores en tu voz?"

Termina “Doña Rosita la Soltera o El Lenguaje de las Flores”.  Publica Llanto por la Muerte de Ignacio Sánchez Mejías.   Acaba Poeta en Nueva York.  Publica Seis Poemas Gallegos. Trabaja incansablemente, siempre alegre, siempre feliz... como un niño, o un duende, como un poeta...

Llega el año de 1936.  Proyecta viajar a México.  Entretanto, en febrero se celebran elecciones generales. La izquierda se presenta unida bajo el nombre de Frente Popular y obtiene la mayoría. La Falange es declarada fuera de la Ley. Empiezan los asesinatos en la derecha y en la izquierda.

El 5 de julio acompaña a sus padres a la estación, pues van a Granada a pasar el verano y les promete que estará allá le 18, día de San Federico. El 10 de julio es nombrado Alcalde de Granada su cuñado, Manuel Fernández Montesinos.  El 11 de julio se encuentra en Madrid en la casa de Pablo Neruda, con Rafael Alberti y otros amigos. El 14 de julio le entrega a José Bergamín el manuscrito de Poeta en Nueva York.  El 15 lee La Casa de Bernarda Alba en una reunión donde Eusebio Oliver.  El 16 el Comandante Ríos Capapé, por orden del teniente coronel Juan Bautista Sánchez, avanza con sus tropas por la noche, secretamente, hacia Melilla.

El 17 de julio llega Federico García Lorca a Granada y ese mismo día se inicia el alzamiento en Marruecos. Luego estalla en Navarra. Triunfa en Canarias y en Sevilla. Franco sale de Gran Canaria y llega a Tetuán. El alzamiento se extiende a las principales poblaciones españolas. El 22 se rinde en Granada el barrio gitano del Albaicín, último reducto de la resistencia republicana.

En 1940 los familiares de García Lorca consideraron necesaria un acta de defunción. La certificación literal de inscripción del registro civil de Granada dice así:
“En la ciudad de Granada, a las doce y media del día veintiuno de abril de 1940, Don Nicolás María López Díaz de la Guardia, inscribe la defunción de Don Federico García Lorca, hijo legítimo de Don Federico García Rodríguez y de Doña Vicenta Lorca Romero, soltero, de 38 años de edad, natural de Fuente Vaqueros y vecino de esta capital en Callejones de Gracia, Huerta San Vicente. El cual falleció en el mes de agosto de 1936 a consecuencia de heridas producida por hecho de guerra, siendo encontrado su cadáver el día veinte del mismo mes en la carretera de Viznar a Alfacar.”

La Casa de Bernarda Alba, que iba a ser estrenada en octubre de 1936 por la compañía del Teatro Español de Madrid, sólo llegó a la escena el 8 de marzo de 1945, en el Teatro Avenida de Buenos Aires, con Margarita Xirgú en el papel de Bernarda. El silencio pesó en España sobre el nombre y la obra de García Lorca desde el momento, abril de 1939, cuando se rindió la República Española, hasta 1955, cuando el gobierno autorizó la edición de sus obras.