Tú eres más que un rostro,
más que un hermoso cuerpo.
Eres aquel murmullo del río entre la lluvia,
aquella forma vaga del monte tras la niebla
profundamente asidos al trémulo paisaje
del sitio de la vida donde nace el recuerdo.
Tú eres más que un nombre.
Más que un paso en la tierra.
Te cerca un bosque denso, de misteriosos árboles,
con pájaros errantes y canciones sin término.
Te guarda entre sus ramas de música, te encierra,
lejos de la ceniza destructora del tiempo.
En ti el amor humano de raíces eternas
me ha entregado una clave segura y verdadera.