13 de diciembre, Día de Santa Lucía
El mundo que hoy te dejo por herencia
hija mía,
no es material, trasciende forma,
tiempo, espacio.
Es el castillo del Fantasma de Canterville,
el muro del gigante egoísta,
el salón de los espejos de la infanta
(en ellos nunca te verás fea
como el enanito del bosque).
El monasterio de Mallorca, donde Chopin
encontró la música
del Nocturno de la Gota de Agua.
El barranco entre olivares de Granada,
donde sueña con la muerte García Lorca
La tumba humilde de Antonio Machado
en Colliure, junto al mar,
el exilio y el llanto.
El bosque francés donde Juana de Arco
oía voces
que le ordenaban
cortarse los cabellos, vestir armadura
y salir al combate.
Una mesa del Moulin Rouge
en Montmartre.
Una escalera
del castillo de Albi en Languedoc,
Más tarde sabrás de él:
era como el enanito
del cumpleaños de la infanta
pero mucho más triste.
Se llamaba
Henri de Toulouse-Lautrec.
La yedra de la casa de Axel Munthe
en San Michele.
El vuelo de las golondrinas de Capri
cuando el invierno esparce
misteriosos encajes
sobre el espejo azul del Mediterráneo.
El anexo de Amsterdam donde Anna Frank
esperaba al amor y fue la muerte
la que llamó a la puerta
La cabeza blanca de Selma Lagerloff
en su biblioteca de Suecia.
La estatua de la Sirenita
de Hans Christian Andersen
en el puerto de Copenhague
en Dinamarca.
Y esta noche
la corona de llamas de Santa Lucía
en la temprana oscuridad escandinava.