La tibia noche de mi infancia
oyó una historia de naufragios…
(Rafael Maya)
Sangre de marineros, que me viene a cantar
en las noches calladas, con voz de inmensidad.
Barcos en horizontes de viento, cielo y mar
con velas extendidas y cordajes de sal.
Puertos para una noche y un alba, nada más,
(camino del retorno que no se pudo hallar).
Hombres de ojos azules y brazos de huracán
anclados en remansos de inmóvil soledad.
Bajo las lunas altas me vienen a llamar
a bordo de sus naves de bruma y de cristal.
Marineros errantes que perdieron el mar.