A Luz Valencia de Uruburu -
Hoy te hablo a ti, ciudad remanso
donde se aquieta la amargura.
Ciudad de ayer y eternidades,
lenta ciudad de sueño y bruma.
Vine buscándote en un mapa
de oscura sal y flechas rotas
y tu me diste la dulzura
de tus caminos y tus horas.
En ti encontré mi infancia pura,
mi juventud, mi voz perdida,
y volví a ser la de otro tiempo,
maravillada ante la vida.
Ciudad, la piedra de tus muros
guarda en su cáliz el pasado
y el cáliz sube hasta los cielos
en la oración de tus campanas.
Guarda también, ciudad, mis huellas
entre tus calles silenciosas,
por donde fui encontrando el alma
tierna y segura de las cosas.