Todavía
la frágil quemadura de una lágrima
borra la luz del árbol.
Todavía
cerca del corazón se detiene la vida
cuando te nombra alguien.
Todavía
rueda el mundo al vacío,
desprendido y errante.
Todavía
no encuentro las palabras
para decir la ausencia de tus manos.
Todavía te amo.