Cuando era necesario elegir 
entre el pan y las flores 
comprábamos las rosas. 
 Una taza de café negro y solo
nos bastaba.
Y nuestro amor
y un libro de poemas.
 Estabas tú, invisible todavía,
niña de las canciones.
 Nosotros fuimos tu camino,
jamás dudas
entre el pan y las flores.