Esta tarde
todos miran la lluvia.
Aquí hay un árbol
y unas columnas blancas.
Donde va mi recuerdo
hay flores como espadas de amatista
y los hombres caminan en el silencio.
Aquí la lluvia lanza,
cada vez más de prisa
sus dados transparentes
para ganar al sol la moneda del tiempo.
Allá donde tú olvidas,
no hay lluvia, sólo flores
y un mar verde.