Es mi albatros
Ray Bradbury
Cansancio
de hablar y escuchar siempre
idiomas extraños.
Cansancio
del peso de las alas en la tierra.
Cansancio de tener que ser fuerte
y helar, detener,
contener, petrificar la luz,
la nube, el aire.
Después callar, sonreír,
otorgar…
Y sentir miedo de la música,
del perfume del árbol,
del libro de poemas,
del color de la tarde.
Porque pueden caer las armaduras,
romperse las corazas
y quedar simplemente un ser humano,
solo, débil,
herido de silencios y palabras.