“Después de la tristeza
no hay nada más exacto
que las seis de la tarde”
Matilde Espinosa
Es otro atardecer
de tu ausencia,
y yo sigo buscándote
en esta hora exacta
de las seis de la tarde.
Pienso en ti siempre,
cuando el azul y el verde
se disuelven en la montaña
y están quietas las hojas
de los árboles.
Aquí estás, en la hora
que pasa.
Eres la ternura dispersa
que me toca la frente
y las manos.
En tu voz
yo encontraba la música
del viento y los ríos
que amabas.
Tus palabras me daban
la fuerza
que ahora me falta.
Entre mi corazón y el miedo
ya no se interpone nada.